Inspiring Women – Alba López: Cerámica, Color y una Nueva Mirada sobre lo Cotidiano
Nos entusiasma iniciar esta conversación con Alba López, ceramista y fundadora de Mërm Studio, cuyo trabajo nace del contacto con el barro y la creación con las manos. A través de sus piezas, Alba transforma lo cotidiano en objetos con carácter, explorando el equilibrio entre lo funcional y lo escultórico. Para empezar, nos gustaría que nos contara cómo nació Mërm Studio y qué la llevó a trabajar con la cerámica.
¡Hola grumetes!, Mërm Studio nació durante la pandemia. En aquel entonces trabajaba como comercial en una oficina y sentía que me faltaba propósito; necesitaba dedicarme a algo más creativo. Durante el parón obligatorio de 2020 empecé a investigar sobre la cerámica, un material con el que convivimos diariamente pero al que nunca había prestado verdadera atención. Me fascinó descubrir cómo el barro podía transformarse en piezas utilitarias, y después de investigar el proceso y los materiales, empecé a practicar. Muy pronto me di cuenta de lo especial que era poder crear con mis manos algo que antes solo existía en mi imaginación.

Tu cerámica tiene un lenguaje visual muy potente y reconocible, especialmente con piezas como las "Block Mugs", donde mezclas formas orgánicas con asas muy geométricas y rotundas. ¿Cómo llegaste a definir este estilo tan propio entre lo funcional y lo escultórico?
Encontrar mi estilo ha sido uno de los mayores retos. Han pasado unos cinco años desde que empecé a modelar con barro, y mis piezas han evolucionado mucho durante este tiempo. La cerámica exige constancia, práctica y muchas pruebas. Siento que no ha sido hasta hace relativamente poco que he empezado a sentirme realmente alineada y más creativa. Me atrae especialmente la mezcla de formas orgánicas con otras más geométricas; es una manera de romper con la “normalidad” de las formas redondeadas tan comunes en la cerámica tradicional.

Algo que nos hipnotiza de tu obra son las texturas. Vemos jarrones que parecen tener vida propia, con acabados que recuerdan a corales marinos, piedras o espuma. ¿Qué es lo que más disfrutas de la experimentación con los esmaltes y las texturas en la cerámica small-batch?
Los esmaltes son una de las partes más complejas en la cerámica y algo que tengo pendiente. Por ahora muchos de los resultados más interesantes han nacido de un error.

En tus publicaciones recientes mencionas que estás en tu "era del color". Pasas de tonos tierra y neutros a colores vibrantes y bloques de color muy marcados. ¿Qué papel juega el color en tu estado de ánimo y en las piezas que creas actualmente?
Como comentaba, encontrar mi estilo ha sido un proceso largo, y durante mucho tiempo no me sentía del todo identificada con lo que creaba. Eso me generó frustración y muchos bloqueos creativos. Esta “era del color” marca para mí el inicio de una nueva etapa en la que me siento más preparada, inspirada y segura de mi trabajo como ceramista. El color ha llegado como una forma de expansión, de libertad y de disfrute.

La cerámica es un arte que obliga a bajar el ritmo, a esperar a que la pieza seque, a respetar los tiempos del horno... ¿Qué te ha enseñado el barro sobre la paciencia y el proceso creativo en un mundo que suele ir tan rápido?
El barro me ha enseñado a ir más despacio y, sobre todo, a practicar el desapego. Creo que es la parte más importante. La cerámica es totalmente imprevisible: una pieza puede secarse mal, agrietarse, romperse en el horno… Con el tiempo he aprendido a apreciar tanto la fortaleza como la fragilidad del material. Soy bastante testaruda, así que nunca he dejado de intentarlo cuando algo salía mal. Ese aprendizaje sirve tanto para la cerámica como para la vida.

Tus piezas son objetos cotidianos (tazas, platos, jarrones, platos o envases) elevados a la categoría de arte. ¿Qué buscas transmitir a la persona que sostiene una de tus tazas cada mañana con su café?
Durante mucho tiempo fui una persona bastante negativa, y hace unos años empecé a educar mi mente y a cambiar ciertas formas de relacionarme conmigo misma. Creo que es importante aprender a romantizar la vida y las pequeñas cosas. Algo tan simple como tomar un café o un té en una taza especial, más estética, con presencia, o simplemente sabiendo que está hecha a mano y que es única, puede elevar la vibración de ese momento cotidiano.

Para terminar, Mërm Studio ha evolucionado muchísimo en poco tiempo. Mirando hacia el futuro, ¿hay alguna técnica nueva, un formato a gran escala o algún proyecto soñado que todavía no hayas explorado y que te mueras por probar?
Me encantaría crear piezas de barro a gran escala, especialmente mobiliario: mesas, lámparas… También me emocionaría mucho poder exponer mi trabajo en una galería.
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